domingo, 12 de julio de 2020

La Magia De Los Ángeles Y Hollywood. 4D/3N. Octubre 2015

Arribé al enorme aeropuerto de Los Ángeles, directo desde Oahu, donde había pasado la semana anterior disfrutando de las lindas playas y el relajo isleño. Me estaba esperando mi amiga Carolina &Co (pobre Javi y sus tres lindos hijos), para iniciar juntos un recorrido por una porción del West Coast. Ellos vivían en ese entonces en Monterey, por lo que planificamos visitar juntos sus alrededores y L.A, aprovechando que tenían en esas fechas un break  (en el que aprovecharían también de ir a Disney)... como resumen puedo ya ir adelantando que encontramos un Los Ángeles para gusto de cada uno. 

El lugar escogido fue el Holiday Inn Express Walk of fame, en el corazón del paseo de la fama que estaba a algunos pasos de ahí, y que está a pasos de todo, incluyendo el metro estación Hollywood/Highland y porque tenía estacionamiento, bien muy preciado en esta porción de la ciudad.


La primera parada fue visitar la porción del Paseo de la Fama, de nuestro vecino Hollywood Boulevard, inaugurado en 1960 y que da testimonio de la máxima gloria de los artistas del teatro, cine, televisión y radio, que se instalaron en esta porción del país desde principios del siglo XX.



Claramente este es uno de los paseos más famosos del mundo y que vive en el inconsciente colectivo de todos, tiene un tránsito non stop de turistas y también de imitadores de celebridades que representan todo el antiguo glamour asociado a la industria del cine. La primera estrella fue puesta en 1960 y a la fecha de la visita hay más de 2.400, que se extienden por 18 cuadras.



A las orillas del paseo, están situados los mas famosos teatros, como el teatro Dolby donde actualmente cada año se celebra la entrega de los premios Oscar, pero también el magnífico Teatro Chino, que data de 1927 y es sede de los estrenos más importantes de la industria del cine, además de servir de asiento para las huellas de manos y pies de varias figuras del cine como la querida Shirley Temple o mi favorito George Clooney.




El boulevard también tiene muchas tiendas de las más importantes marcas de ropa y tiendas gigantes de souvenir y, pues es un spot propiamente turístico y en el que casi no se encuentran locales. 


Para comer se puede elegir cuanta franquicia gringa exista; visitamos Hard Rock Cafe, para almorzar y comprar los pins para mi sobrino Tomy y fotografiar la memorabilia, también para él, y también Hooters que estaba cruzando la calle y donde hicimos una parada para comer papas fritas enruladas. En el rubro dulces estaba la gran chocolatería Ghirardelli y sus fantásticos chocolates y galletitas.






Justo en la esquina del hotel había un centro comercial enorme Hollywood and Highland, justo saliendo de la estación del metro del mismo nombre, donde  paramos para consentir a los niños en un Johnny Rockets, y vitrinear absolutamente todas las tiendas americanas, incluida Sephora mi favorita.



A la mañana siguiente partimos a visitar Griffith Park donde nos recibió el Oso característico del estado de California. Este parque con sus más de mil hectáreas es de los más grandes del país.


Una vez nos adentramos en el parque se empieza a descubrir el gran letrero que nos da la bienvenida a la ciudad desde Hollywood Hills. Este ícono de la ciudad saluda a los visitantes desde 1923, en su origen fue pensado para incentivar el desarrollo inmobiliario de la zona y hoy evoca todo lo que significa esta ciudad, además de aparecer en cientos de películas


Visitamos el Observatorio Griffith, que data de 1935 y cuyos terrenos y fondos fueron donados por el personaje que les da su nombre, para acercar la astronomía a las personas. Hoy incluye el observatorio propiamente tal, un planetario y varias exhibiciones sobre los planetas y las estrellas.


El edificio es hermoso por fuera y también por dentro, fue totalmente restaurado en 2002 y es tanto visita turística, como salida escolar, además permite una vista amplia de la ciudad y también del famoso letrero.


Si bien el distrito de Hollywood es pequeño para lo que yo me imaginaba, la ciudad Los Ángeles es inconmensurable, existiendo grandes distancias entre un lugar y otro, además de un tránsito bien congestionado, por lo que ese día lo reservamos para los atractivos más cercanos y nos trasladamos al Downtown.

Recorrer el centro es básicamente pasear entre altos edificios, el centro político y la parte más cultural de la ciudad, de hecho en esta porción se encuentra en Staples Centre, sede de L.A. Lakers, el mercado central, la catedral católica y el ayuntamiento.

Además acá se sitúa el Music Center, que está formado por cuatro espectaculares edificios: Theatre Group, la ópera, el coro y el más impresionante Walt Disney Concert Hall, que es arquitectónicamente una maravilla.


Este edificio, inaugurado en 2003, funciona con sus modernistas formas como sede de la filarmónica de la ciudad.


También nos impresionó muchísimo por su forma tan original The Broad, museo de arte contemporáneo de la ciudad que se inauguraba justo durante esos días. 



Acá, en el centro ya se notaba más presencia local, porque la verdad que en Hollywood se veían más turistas que otra cosa ... una muestra de producción hasta para pasear al perro.


El día siguiente lo dedicamos para trasladarnos en tour hacia el área más playera, que también vive en el imaginario colectivo gracias a los aportes desde The Beach Boys y su California Girls hasta la propia versión de la ciudad que nos enseñó Red Hot, sumado a las miles de imágenes que hemos visto en las películas y series que se han rodado acá.

Iniciamos el paseo en Venice, que es un distrito diferente, fundado en 1905 y que debe su nombre a que fue ideado como un sistema de canales artificiales que trajera a Estados Unidos un trozo de la verdadera Venecia. Los canales estuvieron deteriorados y en abandono hasta los años 90, cuando fueron restaurados y rehabitados, elevándose los precios al cielo en la actualidad.




Nos dejaron en el icónico letrero "Venice" al inicio del Boardwalk, paseo playero que corre paralelo al Pacífico y donde verdaderamente pasa de todo. Hay muchas tiendas de ropa estilo surfista y accesorios para bicicleta y patines, además de muchos restaurantes y cafés.


Pero lo más entretenido es que también está lleno de artistas callejeros, cada uno con su show, que hace difícil poder concentrarse para qué lado mirar. 


Paramos para entretener un poco a los niños y almorzar en The Sidewalk Cafe, que funciona muy tradicional hace 40 años y que es "el" spot para ver todo lo que pasa en esta playa. La comida rica y abundante, inclinado, como casi todo en la zona, a hamburguesas y comida mexicana. 



Una vez nutridos, fuimos por helados y seguimos caminando por el mismo paseo atentos a todo lo que pasaba por el lado: deportistas, patinadores, ciclistas y turistas y en honor a la verdad varios homeless (una 100% naked).



Desde ahí nos dirigimos hacia Santa Mónica, también súper ícono de la ciudad, no sin pasar por el Hotel California, que NO es el de la famosa canción de Eagles.


Nos estacionamos y cruzamos a la playa, donde encontramos un letrero que indicaba el fin por el lado oeste de la Ruta 66 que cruza todo el país de costa a costa.


Santa Mónica es ciudad y playa a la vez, tiene estas casas impresionantes sobre la misma arena y edificios y calles comerciales sólo cruzando la hermosa Ocean Avenue.



La playa es presidida por el icónico muelle que data de 1909, y que es la carta de presentación que le da su merecida fama a esta porción de la ciudad.


El muelle además de tener muchos restaurantes donde pasar el rato, tiene espacios para la pesca y para que se presenten músicos en vivo. Funciona ahí mismo el acuario de la ciudad y el Pacific Park,  un parque de diversiones enorme, que también es marca registrada de la ciudad, con rollercoaster y rueda de la fortuna incluida. 



Ya de regreso en la ciudad decidimos ponernos algo glamorosos (lo que se pudo) y hacer una parada en la ciudad de Beverly Hills, que convoca los hogares de las estrellas y celebridades más importantes de Hollywood y evoca además las escenas más entretenidas de la serie noventera 90210.


Pasear por ella es un agrado, hay un letrero que da la bienvenida y extensos y bellos jardines que la hacen aún más hermosa y pulcra, porque no hay absolutamente nada fuera de lugar.




Nos detuvimos un momento en Rodeo Drive, no para comprar por supuesto, sino para disfrutar de las maravillosas tiendas de las marcas más lujosas del planeta y de sus bellas decoraciones, que le hacen justicia a cada una de sus apariciones en el cine y en series de televisión (obvio que de la mano de Pretty Woman).



Pasamos a curiosear también al Beverly Willshire Hotel, que también sirvió de locación para Pretty Woman. 

De regreso ya al hotel elegimos ir por Sunset Boulevard que también tiene lugares míticos en sus veredas, todos relacionados con el rock de los 70 y 80. Tan solo circulando por sus calles encontramos el Whisky a Go Go, que fue de las primeras discoteques locales, y lugar de nacimiento para varias estrellas como Alice Cooper y el Rainbow, donde se grabaron escenas de November Rain de Guns´n Roses.


También encontramos una sucursal de Guitar Center, donde no solo hay una completa tienda de instrumentos, sino que también tiene su propio paseo de la fama, Rock walk, con las manos de muchos de los rockeros y bandas más importantes 


El último día en la ciudad lo reservamos para los niños (para nosotros igual, pero en forma encubierta) y nos fuimos en metro Red Line a Universal Studios. Una vez en la estación Universal City/ Studio City, solo cruzas la calle y están los buses de acercamiento. Habíamos comprado las entradas previamente on line, así que solo validamos y entramos.  


El parque completo se recorre con mucha libertad, hay eso si a horas determinadas ciertas exhibiciones que permiten llegar holgadamente a tiempo. Hay también muchísimas tiendas de todo el merchandising existente y restaurantes de las películas y series.


Partimos por la parte más clásica dedicada a los primeros cartoons como Betty Boop, Woody Woodpecker o el Pájaro Loco, Bob Sponge y Scooby Do, que estaba ahí para abrazar a los niños y los no tanto. 



Seguimos caminando y llegamos al imperio The Simpson, donde estaba todo,  incluso el Bar de Moe, y donde almorzamos las hamburguesas de Krusty.



En ese tiempo estaba por inaugurarse la sección de Harry Potter, así que pudimos maravillarnos con el castillo que ya estaba terminado, enorme y bonito.


Ya descansados de nuestro almuerzo, partimos al World Famous Studio Tour, que incluye una hora de paseo por los estudios cinematográficos, conducido por Jimmy Fallon y que en realidad es de lo más emocionante. Inicia tranquilo por los sets que sirven para grabación de exteriores, que podía ser Nueva York o del lejano oeste.



El trencito siguió su paso para representar una escena de terremoto, que incluyó además del fuertísimo movimiento que tan conocido se nos hace a los chilenos, una inundación en tiempo real, como si hubiésemos estado en una estación del metro.



Continuamos el recorrido tranquilos por la orilla de un apacible lago, hasta que de la nada apareció un tiburón gigante como en la película e hizo explotar todo!


Y avanzando encontramos el set de la Guerra de los Mundos  bajo humo, con avión estrellado y todo y continuamos a la experiencia 3D de Fast & Furious.


Saliendo de ahí seguimos con la caminata, visitamos por los niños el set de Schrek, Despicable Me  y el show de las mascotas que actúan en cine o en televisión. Además de toda una sección que emula las principales atracciones de las capitales europeas como Moulin Rouge o Baker Street del Londres de Scherlock Holmes.



Una de las atracciones que más me gustó fue Water World, donde se representan muchas escenas de acción que incluyen persecuciones en lancha y en moto de agua, varias explosiones y hasta una avioneta cayendo en llamas en el escenario.




Así terminamos un día completo de aventuras y algo de nostalgia también por nuestra propia niñez y recuerdos de ella, lo bueno es que lo disfrutamos los 6 por igual, porque habían actividades para  el gusto de todos, al igual que las compras.

Con esta visita cerramos nuestros soleados y lindos días por Los Ángeles y Hollywood para trasladarnos al norte a Monterrey y alrededores, con los lindos Honorato Martínez.

Next Destination: Monterrey, Ca.



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